Como sabemos, el colágeno es una proteína de vital importancia que se encuentra en nuestra piel y que mantiene nuestro cuerpo firme, elástico y flexible. Encontramos colágeno no solo en nuestra piel, sino también en las uñas, los tejidos conectivos, los huesos, los músculos y los vasos sanguíneos. Además de su función como “pegamento” el colágeno es lo que nos mantiene sintiéndonos y luciendo jóvenes. Nuestros cuerpos producen de forma natural colágeno todos los días para su reparación y renovación, pero desde principios y a mediados de los 20, la tasa de producción de colágeno se ralentiza. Podemos empezar a perder un 1,5% de colágeno cada año; hay diversos factores en la vida diaria que pueden llegar a aumentar este porcentaje que significa que estamos perdiendo más colágeno, algunos de ellos son:
Fumar
Las consecuencias y enfermedades que produce el fumar son ampliamente conocidas, pero es posible que muchas personas no comprendan hasta qué punto puede afectar la salud de su piel. Cuando la piel entra en contacto con el humo, reduce drásticamente el flujo sanguíneo en los vasos y como resultado, el colágeno producido naturalmente se vuelve seco y débil, y finalmente muere. Cuando se fuma con regularidad, la piel puede decolorarse y secarse a causa de esta pérdida de colágeno.
Exponerse al sol
Exponernos al sol sin protección puede ser perjudicial cuando se trata de la salud de nuestra piel, el daño de los rayos UV puede hacer que el colágeno se descomponga a un ritmo más rápido que el proceso normal de envejecimiento. Lo hace penetrando en la dermis (la capa intermedia debajo de la superficie de la piel) que puede causar la acumulación de fibras elásticas y con ello empieza a desarrollar arrugas. El daño de los rayos UV también promueve la producción de radicales libres y, por lo tanto, aumenta la cantidad de enzimas responsables de descomponer el colágeno.
Para cuidar de nuestra piel, debemos asegurarnos de usar una crema hidratante de día y además bloqueador solar, incluso cuando no se prevé que haga sol.
Dieta incorrecta
No obtener la cantidad adecuada de vitaminas en tu dieta puede afectar dramáticamente tus niveles de colágeno. Por ejemplo, la vitamina C se usa principalmente para estimular nuestros niveles inmunológicos, pero también estimula la síntesis de colágeno y actúa como antioxidante para defendernos de los radicales libres.
Comer demasiada azúcar también puede afectar sus niveles de colágeno, las moléculas de azúcar se adhieren al colágeno y la elastina en nuestra piel y promueven la inflamación y las arrugas. No solo esto, sino que cuando las personas consumen grandes cantidades de azúcar, el proceso de glicación también desencadena la formación de radicales libres, el estrés oxidativo y la inflamación. Esto, por lo tanto, significa que el colágeno de la piel es más propenso a sufrir daños o descomposición prematura, lo que contribuye a acelerar el proceso de envejecimiento de la piel.
Estrés
Las altas cantidades de cortisol (la hormona del estrés) pueden descomponer el colágeno y la elastina de la piel para formar arrugas y líneas finas. Se puede entender que el estrés crónico tiene efectos tan negativos en la piel que se produce un envejecimiento prematuro debido a la inflamación y al cuerpo incapaz de repararse a sí mismo.
A lo largo del día estamos expuestos a estos y otros factores externos que hacen que la pérdida de colágeno en nuestro cuerpo aumente, y es por eso que es de vital importancia que recurramos a suplementos ricos en colágeno para mantener nuestros niveles en un grado óptimo; si deseas conocer más acerca de como elevar tus niveles te invitamos a leer nuestro blog Cómo aumentar los niveles de Colágeno en el cuerpo.